Este microrrelato es una variación de otro que publiqué la semana pasada.
Durante la boda los príncipes han comido tantas perdices que se han puesto gordísimos. Por la noche el príncipe mira a su esposa y se despide con un beso de buenas noches. A ella le da tanto sueño la presencia de su marido que se queda dormida de inmediato. Doce horas después sigue roncando a pata suelta. El príncipe se viste resignado, monta en su caballo y desaparece al galope por el horizonte en busca de otra princesa pero, como este cuento es una vuelta atrás, sigue buscando y buscando sin parar.
Durante la boda los príncipes han comido tantas perdices que se han puesto gordísimos. Por la noche el príncipe mira a su esposa y se despide con un beso de buenas noches. A ella le da tanto sueño la presencia de su marido que se queda dormida de inmediato. Doce horas después sigue roncando a pata suelta. El príncipe se viste resignado, monta en su caballo y desaparece al galope por el horizonte en busca de otra princesa pero, como este cuento es una vuelta atrás, sigue buscando y buscando sin parar.
No se puede entrelazar mejor cuentos dispares con entradas y salidas al infinito. Cuando lo leo y releo siento como se traza una espiral en el tiempo...muy bueno
ResponderEliminarMientras las mujeres duermen, los hombres cabalgan... vaya, vaya...
ResponderEliminar¿Vendrá otro príncipe conformista a besarla? Y el "Príncipe Resignado", ¿intentará besar de nuevo a otra princesa, aprovechando que duerme...?
Este cuento da para mucho, ya te digo...
esta demasiado corto...ni al caso
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