martes, 8 de febrero de 2011

Formalismo griego

Me llama mi buen amigo Spyridon Trifonas desde Grecia para felicitarme el año. Hace tiempo M. y yo fuimos a su boda, a su gran boda griega, en Atenas. Por entonces era la ciudad bulliciosa y divertida que ya no es, según me cuenta mi amigo. Tengo la imagen de su casa llena de gente con una anciana vestida de luto en el centro, soltándome conjuros raros mientras me sujetaba la cara. "Dice mi bisabuela que es un honor muy grande para nuestra familia que hayas venido de tan lejos", me tradujo Spyros. Y luego, el ritual de afeitar y vestir al novio entre todos los amigos (hombres, por supuesto). "A ti te tocan los calcetines", volvió a soplarme mi introductor en el mundo griego. Menos mal.
La ceremonia fue tan hermosa como incomprensible para nosotros. Después, ya en el hotel Hilton, nos sirvieron un fabuloso buffet a la griega. Por cierto: allí también disfrutamos de las diferencias culturales. Durante los primeros diez minutos nadie se levantó de su silla. Todos aguantaron como espartanos la visión del festín homérico. Todos, menos los cuatro españoles, quienes acometimos como nuevos sancho panzas la mesa de la comida. Cada pueblo tiene sus tradiciones.
Por fin, todavía me queda el recuerdo de una larga y apasionante sesión de danzas exóticas en las que participamos todos los invitados en corro, incluso los españoles. Hasta entonces yo nunca había bailado junto a un pope ortodoxo.
Ahora Spyros me cuenta que a él no le va mal: trabaja en una empresa dedicada a dar consejos a otras empresas para salir de la crisis. No da abasto. Después le pregunto por su mujer y por su niña recién nacida. ¿Cuál es su nombre?
-No tiene. Todavía no está bautizada.
-Bueno, pero algún nombre le pondréis.
-Sí, se va a llamar Sofía, pero de momento es "La Bebé". Cuando la bauticemos dentro de dos meses la llamaremos Sofía. Pero, de momento, así la llamamos en Grecia: "Bebé".
Están locos estos griegos, se me ocurrió pensar en el momento. O quizá no tan locos. Los griegos que conozco son gentes para quienes la forma responde al contenido. Para ellos todavía los ritos significan algo. Los gestos significan. Las palabras significan. Y lo demás son vacíos postmodernos.

2 comentarios:

  1. Qué bueno. Me ha llamado poderosamente la atención ya que justo ayer bautizamos a Josefina. Un abrazo.

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  2. Enhorabuena a los padres y a Josefina, que estrena nombre con todas las letras. Abrazos...

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