lunes, 28 de febrero de 2011

Perseverancia de los narcisos

En la jardinera de casa han aparecido ya los primeros narcisos, esas flores estrelladas y cabizbajas de tanto mirarse el ombligo. De vez en cuando me escapo a contemplarlos, porque las flores, como los seres amados, se riegan con la mirada.El primero -apenas una manchita amarilla-, floreció el 14 de febrero, el muy cursi.
Dentro de unos meses, irán brotando los demás bulbos sembrados en el otoño: crocus, nazarenos, jacintos y tulipanes. Misterio del perseverar escondido en lo oscuro de la tierra: hoy resistirán bajo la nieve los narcisos, los más fuertes.

4 comentarios:

  1. Ternura ante las pequeñas cosas, compasión por su fragilidad, extrañeza ante su fugacidad, notas armónicas ante su desaparición... compasión, extrañeza, fragilidad, armonía... todo suena a nosotros mismos, somos nosotros las florecillas efímeras...

    Un cordial saludo

    ResponderEliminar
  2. Y, sin embargo, esas florecillas resisten el frío y, un año tras otro, perseveran en su ser. Gracias por tu comentario.

    ResponderEliminar
  3. Muy bonito, Javier. A mi me encantan las flores, además. Me recuerda una de mis citas favoritas, que creo que seguramente ya he puesto incluso aquí alguna vez (yo soy bastante repetitivo). Es de Chesterton: "Si en la tierra negra las semillas se convierten en estas rosas ¿en qué se convertirá el corazón del hombre en su viaje a las estrellas?".
    Un abrazo,

    ResponderEliminar
  4. La cita chestertoniana me recuerda a aquello otro de Jesucristo: "Ved como se visten los lirios del campo; pues si ni el mismo Salomón se vistió con tal grandeza, ¿qué no hará el Padre celestial con vosotros?". Lo que no tiene nada de particular, siendo la cita de Chesterton.

    ResponderEliminar