miércoles, 22 de junio de 2011

Vivir dentro de un cuadro

Cierto visitante ilustre escribió de nuestro campus que parecía pintado por Poussin, con sus praderas verdes, suaves, onduladas. Lo dijo con secreta mala leche porque a él no le gusta el pintor francés. Ni a mi, por cierto. Y, sin embargo, me encanta pasear por el campus, sobre todo a primera hora, cuando el sol todavía está recién despierto. Seguramente la analogía con Poussin es falsa, porque un medio de disfrutar de un cuadro es soñar con vivir dentro de él.
Soñar con un Poussin tiene el riesgo de quedarse de charla con gente aburridísima. Irse a un Chagall, por ejemplo, sería como vivir en una película checa de dibujos animados. Ni hablar de juntarse a un Picasso o un Munch. Saura ya sería una pesadilla. En un Botero me echarían del cuadro los personajes por falta de espacio.
Uno se iría a un cuadro de pintura flamenca o italiana del Renacimiento. Un Bellini, un Lotto o, sin duda, este Carpaccio:



9 comentarios:

  1. A mi me gustaría estar en un paisaje impresionista con muchos colores o quizás en una sala de esas donde aparecen los personajes del holandés Vermeer.

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  2. Pues si, de paso, quiere leer un poema precisamente sobre este cuadro, puede hacerlo en la siguiente página:
    http://lasesquinasdeldia.blogspot.com/2010/02/ricardo-paseyro-poemas.html

    (es el cuarto poema).
    Saludos.

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  3. Ah, se me olvidaba decir que el poema no es mío, por supuesto, sino de Ricardo Paseyro, el gran poeta uruguayo-francés.

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  4. Mil gracias, Luis. "Se ha descalzado el tiempo", qué buena imagen para esa impresión de tiempo detenido que tiene el cuadro.

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  5. A mi me gusta mucho Chagall. Y me ha parecido muy ingeniosa -y acertada- la idea de que irse a vivir a un Chagall sería como irse a una película checa de dibus, Javier. Pero yo no me iría a vivir al cuadro de Carpaccio que citas (aunque me encanta) ni aunque me pagaran. Tengo la impresión de que el joven caballero me cortaría la cabeza de inmediato. En cambio sí me iría a vivir a "Dos cortesanas" también de Carpaccio. Sobre todo para ver si averiguo qué demonios significa. Escribí una vez un cuento sobre este cuadro que me fascina: parece un misterio de Agatha Christie, culto, refinado y exquisito.
    Bonito post.
    Un abrazo,

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  6. Lo fascinante del cuadro, me parece, está en el fondo enigmatico. El cielo, de un azul perfecto; el jinete que sale sonámbulo del castillo; las aves, peleándose; el lago. El caballero que está desenvainando y mirando a un lado, fuera del cuadro, es un misterio como el de las cortesanas. ¿Qué miran uno y las otras?

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  7. Yo sin embargo, me iría de visita con Poussin a "Una danza para la música del tiempo", me gustaría investigar a fondo qué llevó a Powell a darle el mismo título a sus novelas, que estoy leyendo con gran placer.

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  8. Ignatius: Que duda cabe de que Poussin sabía lo que hacía cuando pintaba. Lo que pasa es que a mi me deja un poco frío. Pero no he leído el libro que mencionas. Tomo nota: muchas gracias...

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  9. Yo terminé el primero de los cuatro volúmenes que lo componen (cada uno titulado con los nombres de las 4 estaciones) y estoy con el segundo. Dicen de este libro que es el equivalente inglés a "En busca del tiempo perdido" de Proust. Yo con Proust no puedo, pero éste lo estoy leyendo con gran placer, y subrayando sin parar.

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