PROYECTO DE TRAMPA PARA RINOCERONTES Nº 2
Siendo el rinoceronte bestia huraña y desconfiada, es menester disimular la trampa con esmero. Útil a tal fin resulta el uso de los espejos, dada la naturaleza narcisista e ilusoria del rinoceronte. Embelesado en su propia contemplación cae fácil presa de los siguientes tipos de trampa: albanega, añagaza, capillo, filopos, enza, lazo ciego, ratonera, saetón.
Con cualquiera de ellas se puede capturar sin esfuerzo al rinoceronte o, a falta de éste, a su reflejo.
AQUERENCIARSE
Como tenía miedo de ser arrastrado quién sabe a dónde, nos había pedido que lo enterráramos un poquito.
Nosotros tratábamos de convencerlo, de explicarle que también se puede vivir, ir a ver a los parientes, o amigos, moverse en fin, sin que por eso uno corra peligro de que se lo lleve el viento. Pero él no nos creía y se iba hundiendo cada vez más.
Al final le quedó afuera nada más que la cabeza, y desde allí nos miraba cuando el viento nos arrastró quién sabe a dónde.
ESPERA DE LA PRINCESA
A ese balcón era donde siempre estaba asomada la princesa cuando los pretendientes venían desde los cuatro portones del reino. Su padre el rey había prometido su mano a quien descifrara los símbolos de piedra que remataban el balcón. La princesa hubiera querido soplarle la solución a este vizconde, a ese sastre, pero ella tampoco la sabía.
La lluvia fue borrando los números cabalísticos, a la princesa los ojos se le volvieron aguados y se le cayeron los dientes. Ya no pasaban ni príncipes ni ropavejeros, y ella seguía en el balcón sin saber que el rey se había muerto y había sido proclamada la república.
Los piratas se levantan temprano, toman el desayuno con sus esposas, acompañan a sus hijos a la escuela y se encaminan hacia el puerto. Desde el muelle miran los barcos que bajo su mando ya han zarpado al asalto de los galeones españoles cargados del oro del Nuevo Mundo y de virreinas de ojos negros.
No se resignarán jamás, pero lo mismo vuelven a colgarse de un ómnibus como todos los días y antes de que se haga tarde van a la oficina.
Ese mismo día hablo yo sobre Sánchez Mejías en el Casino de la Exposición en Sevilla. Suerte y cuidado con los piratas.
ResponderEliminarPues igualmente: suerte y al toro, Aquilino.
ResponderEliminar¿Quien soy?
ResponderEliminarPues no sé... ¿tal vez Rosalba misma?
ResponderEliminar