Mercedes, casada de 26 años y ojos bonitos, ha prestado su coche, un BMW de alta gama, a su amante Pepe, 19 años y de buen ver, y éste se ha estrellado frontalmente a 222 Kms. por hora contra el Audi 8 del marido, José Manuel, 74 años y mala vista, que circulaba a 89 Kms por hora. Si el seguro de vida de José Manuel es de cinco millones de euros, el de Pepe, de tres mil, y el de Mercedes es de cero (no tiene seguro), hay que averiguar por regla de tres qué va a suceder al día siguiente. Despejar la incógnita sustituyéndola no por un número sino por otro nombre propio.
Por lo menos lo que pasará es que José Manuel, si sobrevivió, le comprará un nuevo BMW a Mercedes (*). Porque sabe que ella tiene un amante, pero sabe que se queda con él por el dinero.
ResponderEliminarMás cosas no se pueden deducir porque no se aclara si hubo muertos, heridos, ni nada.
(*) Por cierto vaya paradoja comprarle un BMW a "Mercedes"
Yo cuento con que no sobrevive, pero cada uno puede resolver la incógnita como quiera, porque, como es literatura, no hay una única solución.
ResponderEliminar(*) ¡Bien visto lo del BMW y Mercedes!
Por regla de cuatro y no de tres:
ResponderEliminarRosario, manceba de José Manuel y madre del rapaz que jugaba a ser hombre, acudió a la llamada del hospital. Allí, inesperadamente, se encontró en la misma habitación a ambos heridos. Rosario, además de alegrar los días a José Manuel, trabajaba como criada en su mansión, donde atendía diaramente la lista de la compra que le proporcionaba Mercedes, quien despejaría la incognita, sin duda, por muy celosa que fuera en guardar su secreto, al presentarse en el Hopital, pues ya se sabe, en estos casos siempre se está al acecho del otro, y el mal llamado destino, siempre levanta el velo de quien guarda un secreto como éste.
Si solicitaras un número en la aplicación de la regla de tres, pues podríamos concluir que Rosario tiene 54 años (y podríamos liarla más si la hacemos madre de Pepe) ya que, si Mercedes de 26 se beneficia a Pepe de 19, José Manuel de 74 se beneficia a Rosario, que sería la "x". Claro que, si la regla de tres la aplicásemos al montante del seguro, podríamos adivinar lo que acontece: un asesinato en primer grado perpetrado por Mercedes mediante el desenchufe de la máquina de oxígeno a la que está conectado José Manuel...
Mi madre (el drama padre). Muy bueno, ragtime.
ResponderEliminar¡Ah! O sea que no hay respuesta, ni trampa, ni nada. ¡Qué difícil para un ingeniero asumir esto!
ResponderEliminarBueno, los literatos somos algo más chapuceros, pero quizá por eso convivimos mejor con la imperfección...
ResponderEliminarUtilizando la lógica polivalente de Moore con algunos aportes contemporáneos de la Vagueness theory, me animaría a decir que, dado que Pepe murió al volcarse el coche que conducía (tal vez haya tenido algo que ver el hecho de que siempre quisiera vivir al límite, y que decía que cuando fuera fuera aburrido y tuviera olor a viejo empezaría a usar cinturón de seguridad, al que llamaba "bastón del no-peatón") Mercedes pudo aducir un cuento muy raro según el cual el coche había sido robado. O, mejor dicho, hurtado. Según dijo, lo dejó fuera del garage en un acto de apuro y se olvidó las llaves dentro. La parte de los seguros no la diré, porque en realidad no le interesa a nadie. El caso es que José Manuel optó por creer la inverosímil versión de Mercedes y después de un par de meses en el hospital, retomó su vida. Le regaló un "Mercedes" de no-tan-alta-gama, y empezó a usar, además de sus anteojos, un bastón de madera cuyo puño es una cabeza de galgo al que golpetea contra el piso cuando se pone de mal humor. Dicen las malas lenguas que Pepe (que se llamaba José María Galgós) también tenía otra amante de buen pasar, y que tampoco lo lloró mucho.
ResponderEliminarHe estado pensando, Pecé, una continuación a tu continuación, pero me rindo. Me ganas en imaginación por goleada.
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